Este es el primero de cuatro episodios en la serie Las Manos Invisibles de la Evolución. En él analizaremos el desarrollo de los conceptos sobre la evolución a lo largo de la historia.
Contexto
Desde su origen, hace 3,8 mil millones de años, la vida ha ido adaptándose a los espacios y cambios del planeta. El espectáculo natural que hoy admiramos es el resultado de un continuo proceso de adaptación. En este episodio vamos a analizar las fuerzas que impulsan la evolución y la manera en que las hemos entendido a lo largo de la historia.
Selección Natural
El origen y proliferación de la vida ha sido un tema de reflexión recurrente a lo largo de la historia. Desde los puntos de vista de la Mitología, la Religión y la Filosofía han surgido grandes obras. El primer paso científicamente relevante tuvo lugar en la expedición del Beagle entre 1831 y 1836.
Allí, cuando el geólogo y naturalista Charles Darwin intentó comprender la distribución de los distintos tipos de pinzones en las islas Galápagos, se le ocurrió una posible explicación. Tras volver de su viaje a Inglaterra, Darwin elaboró una teoría y la compartió con su colaborador Alfred Russel Wallace. La colaboración resultó en un un artículo que se publicó en 1858.
Ambos científicos argumentaron que todos los seres vivos provienen de un único ancestro y que nuevas especies podrían diferenciarse, mediante un proceso denominado Selección Natural: la competencia por la supervivencia entre las diferentes variantes de la descendencia ejercería una presión selectiva a favor de la variante mejor adaptada al entorno. Argumentaron así que, de repetirse este sistema de selección constantemente se crearían especies diferentes adaptadas a los distintos entornos del planeta.
El mecanismo de la selección se utilizaba con gran éxito en aquella época para crear nuevas razas de animales domésticos. En ese caso, sin embargo, el criterio de la selección dependía de los criadores humanos (selección artificial). Por eso Darwin denominó su teoría como Selección Natural.
Aunque a Darwin se le asocia con la palabra Evolución, fue Charles Lyell, geólogo y amigo de Darwin, quien la acuñó para describir los lentos y graduales procesos geológicos que estudiaba. Luego se adoptó para describir los cambios resultantes de la selección natural, con la aprobación de Darwin.
La Competición como Fuerza Impulsora de la Selección Natural
La Teoría de la Selección Natural de Darwin suscitó un intenso rechazo social por cuestionar los fundamentos creacionistas de las religiones. Sin embargo, entre los científicos y pensadores fue respetada, a la espera de evidencias probatorias.
Las similitudes entre la selección natural y la artificial aportaron un apoyo a la teoría de Darwin.
Pero el contexto socioeconómico también facilitó su aceptación.
La teoría de Darwin se publicó al final de la primera Revolución Industrial. En aquella época, el Capitalismo estaba en su punto álgido (y quizás el más crudo). El ideólogo principal de este sistema, el prestigioso filósofo Adam Smith, propuso en el siglo XVIII que la iniciativa privada y los mercados libres eran fundamentales para el desarrollo económico.
En su obra principal La Riqueza de las Naciones, proclamó que la competencia en defensa de los intereses individuales impulsaba los avances económicos y sociales, sin necesidad de intervención externa. Recordemos que Darwin atribuía la razón de la evolución a la competencia entre las diferentes variantes.
La Revolución Industrial dio lugar a un fuerte crecimiento demográfico en Inglaterra, resultando en la escasez de alimentos y una crisis sanitaria. El economista Thomas Robert Malthus había previsto un siglo antes estos acontecimientos en su Ensayo Sobre el Principio de la Población.
Según su argumento principal, todos los bienes producidos por el ser humano tienden a ser consumidos por el efecto exponencial del crecimiento demográfico, causando una situación de extrema necesidad. Este pensamiento, se conoce como Malthusianismo.
La teoría de la selección natural de Darwin era compatible con una la dinámica cíclica entre etapas de apogeo y crisis, como reivindicaba Malthus y se entiende que fue influida por la misma.
Con el paso del tiempo, la teoría de Darwin fue recabando cada vez más apoyo. Puede decirse que, a principios del siglo XX, su aceptación era generalizada en ámbitos académicos. Los círculos sociales y económicos neoliberales acogieron el concepto de la selección natural dentro de un corpus intelectual que justificase las enormes diferencias de riqueza entre los empresarios de éxito y sus empleados.
El significado de la frase “Survival of the fittest”
Como se ha comentado anteriormente, la teoría de Darwin ha sido utilizada para promover modelos sociales y económicos liberales.
Un ejemplo llamativo es la tergiversación de un término ideado por el filósofo, científico y amigo de Darwin Herbert Spencer. “Supervivencia del más apto”(“Survival of the fittest”) pretende remarcar la adaptación al entorno, de acuerdo con las ideas de Darwin. El significado de la palabra “fit” es “encaje”. Pero posteriormente, se interpretó como sinónimo de potencia física, cambiando el significado de la expresión a: La Supervivencia del más fuerte.
Actualmente, la palabra “fit” está relacionada con la buena forma física, la fuerza y la estética corporal. En términos evolutivos, la capacidad de adaptación y la potencia física son características claramente diferentes. La segunda es mucho más simple y no se corresponde con el concepto original de Spencer. Sin embargo, otorga cierta legitimidad al dominio del más poderoso en nombre del orden natural. En las líneas que siguen veremos cómo la supervivencia tiene más que ver con la interdependencia que con la dominación.
La Competición se queda corta
Darwin escribió en su obra El Origen de las Especies (The Origin of Species, 1859) que la selección natural no podía favorecer una cualidad perjudicial para la supervivencia, y mucho menos si ésta aporta beneficios a un competidor.
Pero esto no coincidía con lo que él había visto en muchos casos. Por ejemplo, en algunos insectos sociales (hormigas o abejas) las hembras obreras, además de ser estériles, viven al servicio de una sola hembra fértil (la Reina). Darwin reconoció que ese era el mayor obstáculo que ponía en cuestión su teoría.
Es más, en El Origen del Hombre (1871) afirma que la nobleza de quien da su vida por salvar a otros no se puede transmitir a sus descendientes. Por tanto, esta característica debería de desaparecer según la teoría de la selección natural.
Estas y otras inconsistencias entre la teoría y la realidad llevaron los biólogos del siglo XX buscar más “manos invisibles” que impulsaran la evolución de los seres vivos.
En los años 60, la bióloga estadounidense Lynn Margulis presentó una aportación revolucionaria.
Estudiando el origen de la simbiosis (Simbiogénesis), propuso que la cooperación es, junto con la competencia propuesta por Darwin, una fuerza que puede impulsar la evolución. En la década siguiente se confirmaron experimentalmente los postulados de Margulis. Se demostró que las células eucariotas y los seres pluricelulares que ellas forman (animales, plantas, hongos y algas) son el resultado de la conjunción de diferentes tipos de bacterias. Esta evidencia apoya que la competencia y la colaboración conviven en los procesos de selección.
Conclusión
En la actualidad, la competencia y la cooperación están aceptadas como agentes de la selección natural, así como en el funcionamiento de los ecosistemas. En un capítulo anterior (Socios del Pulgón) hemos tratado un ejemplo de cooperación. Pero esta ocurre también en los corales, los líquenes, las raíces de cualquier planta o nuestro intestino.
Los biólogos siguen investigando los criterios con los que estos dos procesos contrapuestos operan en la evolución. No entraremos aquí en este tema, pero encontrarás algunas referencias si te apetece profundizar.
En el siguiente episodio visitaremos las asociaciones entre células genéticamente idénticas para formar organismos pluricelulares, sus beneficios, su versatilidad funcional y sus belleza.
Notas
Un video ilustrativo sobre la teoría de la endosimbiosis (en inglés) se puede ver aquí.
Sobre el solapamiento entre los aspectos biológicos y sociales de la Selección Natural se ha escrito bastante. El Filósofo Carlos Beorlegui ofrece un análisis más profundo con referencias bibliográficas en Tendencias 21.
Otros aspectos no cubiertos aquí se pueden consultar en una entrada de Crónicas de un Amonite
En términos más académicos, The evolution of cooperation based on direct fitness benefits de Taborsky y colaboradores, ofrece una propuesta sobre cómo la cooperación ha formado parte de las fuerzas que impulsan la evolución.
Otra propuesta para los muy cafeteros es The joint evolution of cooperation and competition donde se ofrecen explicaciones sobre la aparentemente contradictoria relación entre competición y cooperación en la evolución.
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